17.7.17

Viajando sola por la Riviera Maya: ¿Cómo comenzó?

¿Cómo comenzó todo? Es muy sencillo, en diciembre del 2016 hicieron que firmara mi renuncia en la startup donde trabajaba (a mí y a un montón de compañeros más), o sea, me despidieron y lo hicieron prácticamente en mi cumpleaños. Tal vez parezca extraño, pero hoy lo agradezco. 


Antes de que sucediera ésto, yo estaba debatiéndome entre dos viajes y pensando en esos pocos días de vacaciones que tenía en el trabajo, había ahorrado para esos gloriosos quince días vacacionales si es que me daban ese "permiso", porque en México sólo hay derecho a vacaciones al cumplir un año en el trabajo y son ocho miserables días. Sí, siempre he renegado de esta situación, pero ya habrá tiempo de escribir sobre eso. Mi primera opción era volver al sur, pensé en esa ruta tan famosa: Machu Picchu, Salar de Uyuni, Buenos Aires, Calafate, Ushuaia y muchas variantes entre ciudades. Mi segunda opción era cruzar e ir al norte: Madrid, Barcelona, París, Brujas, Ámsterdam. Confieso que nunca estuve cien por ciento segura porque me parecía muy triste el poco tiempo que estaría en cada lugar, pero me animó bastante comenzar a hacer itinerarios y también el empujón de un gran amigo que estuvo un mes de mochilero en esas ciudades de Europa.

Todo apuntaba a que pasaría mi cumpleaños viajando, pero pasaron los meses y yo no pedía esas vacaciones, el dólar subió y un sin fin de situaciones. Hasta que decidí que ese gran viaje lo haría en 2017 y con más calma para planear, y en los últimos meses del año haría viajes pequeñitos como autoregalos para festejar mis 30 años. Así que días antes de mi cumpleaños volé a Guadalajara para encontrarme con un gran amigo y su papá, el cantante llamado Fito Páez a quien admiro mucho. Él presentaba su libro "Diario de Viaje" en la FIL y los acompañé. Días después en mi cumpleaños volé a La Paz, en Baja California Sur porque quería conocer Balandra, y sin saberlo, sentí que comenzaba una aventura. Durante ese viaje supe que no tendría trabajo al llegar, y a pesar del golpe que eso suele ser, me emocioné porque sabía que ahora tenía más tiempo para seguir viajando, sólo tenía que cambiar de planes.

Aquí la segunda parte de la serie Viajando sola por la Riviera Maya. 


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