Estábamos platicando y se acercó mi gato Mishi pidiendo de comer. Jan comía fruta y le dio un pedacito para que lo probara. Esos segundos entre darle un trozo de fruta y Mishi abriendo la boca, para mí significaron una tortura. Comencé a imaginar que ese pequeño trozo se le atoraba en la garganta, que comenzaría a toser, pensé en qué haríamos sin dinero en efectivo, en dónde encontraría un veterinario cerca de esta nueva casa y en cuánto tiempo llegaríamos. Mis pensamientos se detuvieron cuando Mishi se lamió los bigotes e insistió por más.
16.5.22
13.5.22
Ataque de pánico
Mi amigo José y mi amiga Diana me acompañaron por un pastel a Starbucks, no era la primera vez que nos veíamos en ese lugar, quedaba frente al departamento donde vivía, así que era sencillo para vernos y platicar. Era finales de agosto del 2018. Todo iba muy bien, risa aquí, risa allá, drama aquí, drama allá. Comencé a contarles sobre la situación que estaba pasando mi prima en el hospital desde hace un año, y en ese momento sucedió algo que yo ya conocía muy bien, un zumbido, mareo y ganas de correr. Me he desmayado muchas veces en mi vida, porque tengo una condición que se llama disautonomía, así que sé perfectamente cuando habrá un desmayo y ese era uno de esos momentos. Sentí la necesidad de salir de ahí y correr hacia mi departamento para acostarme antes de que me desmayara. Me levanté rápido y les dije, me siento mal, tengo que irme. Caminé muy rápido mientras ellos iban detrás de mi y me detuvieron a mitad de camino. José me sostuvo de la mano y me dijo que respire, para eso momento ya no veía nada, estaba temblando y sudando frío.
23.4.22
Mis ojos
¿Qué me sucede? Tengo miopía magna, como muchas veces he contado. Esto significa que uno de mis ojos no ve prácticamente nada. ¿Han escuchado sobre alguien que tenga más de 35 dioptrias? No hay lentes de contacto ni de armazón que puedan ayudarme con ese ojo.
El ojo que sí funciona, lo hace a medias, porque +15 dioptrias no es algo fácil.
9.2.22
Tepoztlán, Morelos.
#Tepoztlán está muy cerca de la Ciudad de México. Prácticamente todos conocen el pueblo y muchos han subido al cerro del Tepozteco, ese que se ve al final de la calle en la fotografía.
2.2.22
Fui a Los Dinamos
Un día decidí ir a la montaña y al volver me abrí paso entre la hierba, me arrastré por la tierra y me sostuve de cada piedra con fuerza. Estaba cansada, perdida y con hambre, pero muy orgullosa de mi cuerpo y mente.