Estas últimas semanas he viajado en metro al menos 3 horas diarias, haciendo 6 transbordos. Subo y bajo escaleras, de concreto y eléctricas; corriendo y caminando. Cada día pienso lo mismo: Qué increíble es este gusano naranja y cuántas historias guarda. Vivir en una de las ciudades más grandes del mundo parece complicado, pero si cambiamos la forma de mirar y actuar podemos encontrarnos con grandes maravillas subterráneas y hasta a grandes alturas.
Se que el estrés a veces nos invade y creemos que no podemos controlarlo, pero vamos, hagamos un ejercicio y al menos por un sólo día, durante el trayecto a tu trabajo o casa, actúa como un completo turista. De éste lado del mundo ya he realizado el ejercicio y quiero contarte mi experiencia, para que también te animes a hacerlo.