14.7.15

El planetario

Acompañada de un Rosarino despistado que no ama las ciudades y que no conocía bien Baires, yo fui la guía turística en un lugar al que no había ido jamás. Así que sin gps, sin celular y su maravilloso google maps y con una guía de papel que era un desastre, seguí mi sentido de orientación. 


12.7.15

La Paz

Eran las 9pm y llegaba de Rosario a Buenos Aires, eran mis últimas horas en ese país. Caminando por Corrientes, un fanático de Páez me dijo: "Mira... Durante un mes vendieron rosas en La Paz... once y seis." En ese instante me llegó toda la historia que he tenido con ella. La canción la conozco de toda la vida, pero el lazo que me une con esos dos niños enamorados, no pasa de 6 años. Sí, precisamente seis, la edad de ella.


29.5.15

La casa del cine


Se encuentra en el centro histórico de la Ciudad de México desde el año 2010, pero hasta el mes de enero del 2015 tuve el placer de conocer éste peculiar rincón en la calle de República de Uruguay, en el que, efectivamente, te da la bienvenida como si fuera una casa.


7.5.15

El Ateneo Grand Splendid

Desde que supe de su existencia, me prometí visitarla en alguna parte de mi vida. Debo confesar que no pensé que tardaría más de 10 años para esto, pero creo que fue en el mejor momento. Mis 27 años estaban por terminar y un check a mi lista de deseos estaba sucediendo. Estaba visitando una de las librerías más bellas de todo el mundo: El Ateneo Grand Splendid en la ciudad de Buenos Aires.


6.5.15

Punto medio



¿Qué tan blancos y qué tan negros podemos ser? ¿Cuántos equilibrios hay? ¿Podemos bailar entre todos? ¿Podemos escoger un lado ficticio? ¿Queremos el punto medio? ¿Cuántas preguntas tienes en el bolsillo izquierdo? ¿Cuántas certezas guardas en el corazón, junto a mis piernas?


21.4.15

El caos



El caos de mi nueva vida ya vivida comenzó con una falsa estabilidad, con una decisión precipitada –verdadera, certera– y adioses que esperaban en una banca. El caos siguió su camino al sur, con todas las pesadillas, con todas las libertades. No se detuvo ni con los libros que la balanceaban, no se detuvo frente a los muros. Mi caos bailó como jamás había bailado, se movía con ritmo. El caos de mi nueva vida ya vivida terminó con un caótico cuarto de luz, en plural y con la bandera blanca, implorando paz.